El día de ayer gran parte del mundo se vio afectado por WannaCry, un ransomware que además de cifrar los archivos de sus víctimas y pedir el clásico rescate con Bitcoins, se propagaba por las redes locales utilizando un gusano que aprovechaba una vulnerabilidad crítica de Windows conocida como MS17-010.
Es decir que si una computadora se infecta, otras que estén conectadas a su misma red local también podrían infectarse automáticamente si son vulnerables.
Esta vulnerabilidad de Windows fue parcheada en el pasado mes de marzo, pero aún así ha logrado infectar a miles de computadoras en todo el mundo, principalmente de empresas que suelen tener muchos equipos conectados entre sí.
Dado el gran impacto que ha tenido, Microsoft lanzó en el día de ayer parches especiales para Windows XP, Windows 8 y Server 2003 dado que son sistemas aún muy utilizados pero que ya no reciben actualizaciones de seguridad de forma periódica como las versiones más recientes de Windows.